viernes, 27 de agosto de 2010

Kato.

Caminás airoso, exquisito,
y los anillos de tu cola,
serpiente furiosa,
se enganchan en la tarde
de una medianera ridícula.
Saltás sin gravedad,
Te movés en una física desconocida,
de tiempos eternos y planos inexistentes.
Volvés con un bostezo de dientes de sable.
Entra por mi ventana, al fin,
el ronroneo que le da vida al aire,
ese motorcito que mueve el mundo
donde vivo con vos.

jueves, 26 de agosto de 2010

El caso Lebon

Entre los años 1814 y 1836 en Pierrefonds, un pueblo cercano a Paris, surgió una figura pública, designada por la autoridad local, con la función de dar fe en cuestiones que tenían que ver con las indefiniciones sentimentales, las angustias del sinsentido y todas aquellas imprecisiones emotivas o filosóficas que hostigaban a las almas cristianas. Esta especie de escribanos debían asegurar, entre otras cosas, la autenticidad de las emociones, la legitimidad de las sensaciones y debían llenar con motivos concretos los vacíos existenciales. Algunas de sus tareas habituales, eran poner límites visibles entre la amistad y la simpatía circunstancial, entre el amor y las pasión pasajera o la admiración por otro y la falta de autoestima propia. Este magistrado sometía al consultante a rigurosas preguntas íntimas y finalmente escribía un documento irrevocable donde justificaba concienzudamente su veredicto. Estos documentos eran instrumentos fundamentales para resolver conflictos legales o disputas pasionales.
Se ha conservado parte de uno de estos expedientes donde podemos apreciar el estilo literario de la época y los tipos de casos que se resolvían:
“Pierre Lebon acudió a consultarme a mí, Jaques Richard, por una ambigüedad en su percepción. Pierre sostiene estar enamorado de Anne Milleau, quien jamás le ha dirigido la palabra, pero él asegura fervientemente haber mantenido relaciones carnales con la misma. El Sr. Lebon explica esto argumentando que utiliza su imaginación para acceder a las intimidades de la alcoba de la Srta. Milleau y estos pensamientos desencadenan una sólida respuesta física. Por lo tanto habla de la “materialización de los pensamientos” y del pasaje de un plano ficticio a una instancia efectiva indiscutible.
La consulta específica del Sr. Lebon es si puede contarle a sus amigos las aventuras con Anne, como si estas se hubieran dado en el concepto tradicional de “realidad” que se maneja en las charlas de bar o si debe reservar sus experiencias por respeto a la familia Milleau.
Bajo el poder público que me ha sido concedido, he decidido declarar a la Srta. Milleau como una prostituta que debe ser ajusticiada en la puerta del ayuntamiento, ya que el Sr. Lebon no es el único en interferir su intimidad a través de los pensamientos, el caso se repitió en Paul Richelieu, François Bernard, y Louis Alain, y hasta yo mismo he irrumpido indiscretamente en su aposento con ideas lujuriosas.
Muerte a Anne Milleau. He dicho.”
Estos artifices de la justicia metafísica y decisores de las pasiones humanas acabaron por abusar de su poder y generar más conflictos de los que resolvían, hasta que en una revuelta local en 1836, la Liga de Amas de Casa de Bellequartier se levantó en armas y decidió terminar con la burocracia existencial incendiando las oficinas de estos empleados del estado y atándolos de los miembros a 4 caballos que eran tentados con zanahorias desde los 4 puntos cardinales.
Una sombra más en la larga historia de sombras de la humanidad.