sábado, 21 de marzo de 2009

Que haremos esta noche Cerebro?

Tengo un plan para conquistar al mundo. Pronto se los revelaré. Por ahí alguno se engancha...

martes, 17 de marzo de 2009

La envidia.

Que el pasto del vecino parezca más verde es sólo una ilusión óptica producida por el tamiz de la envidia. Para quien sufre de este mal, el novio de la amiga siempre será más amable, la compañera de gimnasio siempre estará más flaca y el de la vuelta siempre pasará montado en un auto mucho mejor. Pero...¿existe la envidia sana? Si es así, podríamos decir que la envidia "enferma" es el deseo de que al de la vuelta se le caiga un descontrolado satélite ruso sobre el capot y la bola de fuego lo consuma a él y a su auto en segundos y de paso que las cenizas se vuelen al Riachuelo, que las partículas sean envenenadas y finalmente imploten. En cambio, la envidia "sana" sugeriría que sólo estacione atrás de una Ranger y ésta, sin querer, aplaste ese razante y brillante vehículo deportivo. La diferencia sólo está en la intensidad de la envidia, es una falacia que ésta se divida en buena o mala, como el colesterol.
El único remedio es ser conciente de que tampoco hay bien que dure 100 años y que el novio de la amiga puede ser muy amable, pero el desodorante lo abandona precozmente, que la del gimnasio será muy flaca pero es apenas inteligente como Bob Esponja, y al de acá a la vuelta, seguramente la madre lo abandonó de chiquito y cubre con ese auto el abrazo ausente.
Ah, me olvidaba, queridos lectores quería decirles que no nos volveremos a ver hasta el día 8 de abril ya que me voy de vacaciones a Hawaii. Los voy a llevar en mi corazón porque en mi valija no entra nada más.

viernes, 13 de marzo de 2009

Oh, Dios.

En nuestros días la aparición de Dios es bastante poco frecuente y digo esto como para no quitar totalmente el crédito a aquellos pocos que han dicho verlo o han manifestado escuchar al Todopoderoso, pero sin pruebas fehacientes que lo verifiquen, como un video en YouTube.
En cambio, antaño, los hombres interactuaban mucho más fluidamente con él y fue Moisés uno de los privilegiados que más se acercó al Santísimo. Dios no sólo le daba los mensajes que guiarían a la humanidad, sino que a veces se quedaba charlando. Después de lo importante, entretenía a Moisés con comentarios triviales y sacaba conversaciones de ascensor. Los pastores que a ocasionalmente escuchaban los diálogos, podían oír las risotadas de Dios comentando algún pecado obseno de alguien o cuchicheando sobre infidelidades del pueblo. Moisés siempre lo escuchaba con atención y con respeto, pero Dios también solía aparecérsele a Juan Rafael para entablar conversaciones. En un principio, Juan Rafael se conmovía hasta las lágrimas y se echaba al piso haciendo reverencias, con las manos en alto y la cara pegada al polvo. Dios hablaba con voz gruesa, solemne y decía frases dignas de ser conservadas para la posteridad. Pero después, buscaba cualquier excusa para empezar a hablar y Juan Rafael empezó a mirarlo sobre su hombro o directamente, le daba la espalda y lo dejaba a Dios hablando solo mientras él cocinaba o le daba de comer a los pájaros. En un momento Dios vio que estaba perdiendo autoridad y quiso recuperar su posición adoptando una actitud más severa. Entonces se puso serio y empezó a reprenderlo a cada rato. Juan Rafael no hallaba intimidad ni en sus pensamientos, a la primera elucubración impura, ya se tropezaba con Dios poniéndole mala cara. Relacionarse con una mujer era imposible, apenas apagaban la luz, se encendía una llama incandescente con los enormes ojos entrecerrados del Grandísimo, juzgándolo de antemano.
Jerónimo, que una vez andaba por ahí, le preguntó a Juan Rafael: ¿Qué es lo que le pasa a tu Dios? Y a Juan Rafael se le humedecieron los ojos y contestó: Está solo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Autoayuda: Hoy no voy a ser un hijo de puta.

“Sólo por hoy no voy a ser la mierda de persona que suelo ser. Soy feo, gordo, estúpido, pero no por eso haré padecer al resto de los seres vivos. Nadie tiene la culpa de que tenga cara de boludo. Hoy no voy a hacer cagadas manejando, no voy a estacionar en doble fila si hay lugar o doblar delante de una moto sin poner el guiño. No voy a colarme en el banco. No voy a cagar un vuelto. Voy a levantar el sorete de mi perro. Voy a esperar al vecino con la puerta del ascensor abierta, pero no voy a llamarlo y dejarlo abierto mientras me lavo los dientes. No voy a maltratar a nadie. No voy a pelearme con nadie por política, porque esos sí que son mucho más hijos de puta. Tampoco voy a pelearme por fútbol porque los jugadores ganan millones y no les importa nada más que su Mini Cooper y yo con mi triste sueldo me hago malasangre como un pelotudo. No voy a pelearme por religión, porque si en realidad hay un Dios, hay que recagarlo a palos por el mundo de mierda que hizo.
No voy a dañar a ningún animal. Porque, por más que no lo digan, sé que sufren y es de lacra humana no darse cuenta. Hoy voy a contener las ganas de prender fuego a las villas, a los negros, a los gorritas, a los motochorros, a los “paqueros”, a los toreros, a los dentistas, a los colectiveros, a los taxistas, a las vendedoras de boutique, a los que dicen “boutique” y a las pajeras que usan pieles. Hoy voy a tratar de que todo me chupe un huevo y desear, en silencio, que toda esta gente se termine matando sola y que se vaya todo a la mierda. El universo conspira a mi favor, no me rompan los huevos.
Hoy estoy en paz.”

El maestro Jet Lin de la Escuela Nacional de Tokio practica el AntiZen, un arte que busca encontrar el equilibrio interno liberándose, sincerándose, quitando las capas sociales que no dejan expresar libremente al ser. Jet inventó varios rituales que funcionaban de válvula de escape para las emociones negativas, pero fue Flavio Faucette quien aggiornó el método para las costumbres de occidente y escribió el libro de Autoayuda: “Soy un sorete, y qué?”.
Así rezaba el prólogo, una excelente lectura para comenzar el día.

martes, 10 de marzo de 2009

Hablando de Roma...

Putarco fue un emperador romano caído en desdicha que gobernó algunos días entre los emperadores Trajano y Adriano. Putarco era amante de los juegos y destinó mucho de los impuestos municipales a embellecer los circos. En la arenas nunca faltaban las carreras de carros, los espectáculos teatrales y la exposición de animales salvajes. Pronto se entusiasmó con las competencias y halló su gran debilidad en las apuestas. Primero apostaba cristianos, mujeres, túnicas y no pasó mucho tiempo para que apueste acueductos, columnas o tierras del mismísimo imperio. Estaba descontrolado. Era un emperador valeroso, noble, honesto, pero tremendamente burrero.
Después de 7 días de gobierno, el pueblo se levantó en armas y Putarco sólo dijo: Apuesto a que no pasan de allí. Y perdió.
Esta noche, en la tanda, abramos una cerveza, calentemos un pedazo de pizza en el microondas y recordemos a Putarco como una persona que se equivocó y que lo volvería a hacer. Gracias Putarco por tu humanidad.

viernes, 6 de marzo de 2009

El último.

No es el espíritu de este blog ser una bandera feminista, pero a raíz de algunos post, no pocas mujeres se han acercado a contarme sus experiencias decepcionantes con el sexo masculino y yo, cual Doctora del Corazón he recopilado con el fin de hallar un patrón de conducta. Los índices descubiertos son actitudes tan trilladas que hasta resulta aburrido enumerarlas , pero aunque las mujeres sepan cómo funcionan y cuáles pueden ser sus respuestas a ciertos estímulos, ellos evolucionan y siguen desarrollando adaptaciones que vuelven a sorprendernos.
Ya sabemos que son capaces de cancelar una cita para ir a jugar al fútbol, pero ¿la primera cita también?. Sí, inclusive la primera.
También sabemos que el efecto sorpresa para ellos es un área aún no descubierta, un espacio virgen en su experiencia. Son incapaces de estar atentos a las cosas que nos gustan y hacernos un regalo sorpresa para el cumpleaños, si es que nos regalan algo, si es que se acuerdan de nuestro cumpleaños. No es lo mismo que nos pidan que los acompañemos a elegir nuestro regalo, no señor, eso significa que no nos conocen lo suficiente y no son capaces de tomar una decisión acertada en nuestro nombre. Regalar algo equivocado tiene más valor que solicitar nuestro asesoramiento porque denota un mínimo esfuerzo por interpretar nuestros gustos. No importa si vienen con unos abridores de oro cuando jamás nos hicimos el agujerito en la oreja o si se aparecen con bombones después de comentarles de nuestra alergia mortal a los chocolates, importa el esfuerzo y como a focas de circo, hay que alentarlos y gratificarlos.
Las mujeres solemos tener un cerebro más rebuscado y podemos interpretar palabras o actos que para ellos, jamás tuvieron significado. Un episodio que nos puede llevar 2 horas de terapia, una reunión de urgencia con amigas, una tirada de cartas y una sesión de mesoterapia, cuando lo enfrentamos y decidimos hablarlo, él seguramente ya lo olvidó y después de la interrupción, seguirá mirando el partido como si nada.
También solemos premeditar hechos con la ilusión de hacerlos pensar determinada cosa. Por ejemplo, “hoy, en vez de llamarlo a las nueve, como quedamos, voy a llamarlo nueve y diez así no piensa que estoy entregada” o “directamente no lo llamo así me hago la interesante y me llama él”. No, no fantasiemos con que ellos “van a pensar” tal cosa porque hay una triste realidad: ellos no piensan, estas cosas lo único que logran es que pasemos toda la noche haciendo conjeturas cósmicas sobre porqué no llamó.
Como defensa de los herederos de Adán sólo puedo decir: no lo hacen con maldad, no están elaborando una estrategia para arruinarnos la vida, no existe entre ellos un complot para desilusionarnos día tras día, para decepcionarnos con sus olvidos, para desencantarnos con su indiferencia o para desalentarnos con su incomprensión. Simplemente, no se dan cuenta.
Dra. Amor, en su último post feminista.

Delitos sobrenaturales.

Así como existen fuerzas del más allá que obran por nuestro bien, también laten corazones etéreos de personajes malignos. Espíritus que dedican su tiempo eterno a saquear sueños, asesinar esperanzas, violar secretos y pegar chicles en el pelo. Entre estos seres temibles se encuentra el famoso ladrón que te quita lo bailado.
El atraco se manifiesta el día después de haber meneado las caderas al ritmo de Los Grosos. Nuestras piernas no sienten el cansancio, nuestro cerebro no repite una y otra vez los estribillos, no nos dan ganas de tararear y lo más escalofriante, no nos sobresalta absolutamente ningún recuerdo que repase la experiencia vivida. Este caco no deja pistas y en nuestros zapatos no aparece ningún signo de desgaste, ni siquiera un papel picado pegado en el taco.
Las consecuencias de este desvalije de memoria y de impresiones físicas son absolutamente insignificantes ya que la víctima no es ni siquiera conciente de lo que perdió, porque tiene la sensación de no haberlo tenido nunca. Esto llevó al ladrón que te quita lo bailado a una profunda frustración que lo derivó al psicoanalista. La terapia le llevará 25 años y cuando se recupere de esa crisis, ya se habrá olvidado para qué fue y tendrá que resolver nuevos bretes que pueden entretenerlo toda la eternidad. Una vez más, los analistas nos han librado de nuestras peores pesadillas. Gracias Sigmund.

lunes, 2 de marzo de 2009

Pequeña reflexión y gran indignación sobre la publicidad machista

La publicidad está plagada de clichés machistas y mensajes denigrantes para las mujeres. Por ejemplo, las mujeres exitosas que nos muestran siempre son bellas, mientras que los hombres, pueden ser lánguidos, insignificantes y con cara de idiota, pero mientras usen Axe, ganan. En estos comerciales vemos claramente las diferentes exigencias de la sociedad en el plano físico, pero también podemos ver reflejados los intereses intelectuales o ambiciones que se le asignan al sexo femenino: parece que la mayor aspiración de las muchachas de hoy pasa por tener sus intestinos vacíos y las más codiciosas pretenden convertirse en "expertas antimanchas". Por Dios y la Virgen, ¿Qué deficiente mental querría ser un "experto antimanchas"?
Por otro lado, podemos ver a una mujer que elige un dentífrico y dice: "Si yo no cuido la salud de mi familia, quién lo va a hacer?" Qué cada uno se cuide solo, mogólica! Así generamos hordas de hombres inútiles que son incapaces de lavarse los dientes sin ayuda y alimentamos hijos dependientes, inservibles y ociosos.
Mujer, mujer, libérate de la tanda!!!