jueves, 9 de junio de 2011

El gato que hace ruido.

En tu cuello puse un collar amarillo y un cascabel. Puede haber millones de gatos parecidos a vos, pero vos tenés un collar amarillo y un cascabel. Y no cualquier cascabel. Es uno muy especial que puedo distinguir aún cuando estás lejos. Uno que me sacude el corazoncito cuando te escucho llegar después de mucho tiempo, que me avisa que te despertaste y que tenemos otro día más para jugar juntos, que se mueve furioso cuando te rascás molesto o tiembla suavemente con tu ronroneo.
Los gatitos son sigilosos y se mueven en silencio, pero vos revolvés el aire con tu paso, alborotás la casa con tu trote y me regalás esa sencilla felicidad de estar escandalosamente vivo.