miércoles, 20 de octubre de 2010

Moscas en el alma

A veces uno anda por ahí con la estúpida sensación de que la vida es un lugar seguro. No sé de dónde surge esa idea, supongo que de un espontáneo entusiasmo por la existencia, de un arrebato de esperanza o fruto de la mismísima inconciencia, de la impavidez que nos puede producir despertarnos todos los días. Por un motivo más apasionado que otro, uno puede imaginar que va a salir ileso de todo esto. Error. El dolor y el sinsentido siempre nos alcanzan. Porque la única realidad es que estamos solos. Se piensa solo, se sueña solo y se siente solo.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Sobre los Vedas y la merienda divina.

Se conocen como “Vedas” a los cuatro libros sagrados del hinduismo, donde se protege, en un entramado de poemas, rituales y cantos, la esencia misma de la espiritualidad. Los Vedas fueron guía e inspiración de las mentes más grandes de la India. La amplia y pintoresca mitología encubre y revela a la vez. Sus palabras se mueven en círculos o dan saltos aleatorios en la cabeza del lector y éste no puede más que entregarse a la verdad. Las metáforas, a veces suavemente y a veces con un latigazo de sudor frío, van abriendo puertas, desnudando secretos, iluminando rincones.
La palabra Veda deriva del término sánscrito Vid que significa conocimiento. Y como tal, siempre fue interpretado por los intelectuales y estudiosos de las lecturas, pero a la hora de compartirlo con el pueblo, los complejos vericuetos literarios se convierten en cuentos populares que, como dice Francis Salomon, “vienen predigeridos”. Francis es profesor en una escuela secundaria de Nuagaon y es conocido por desentrañar la retórica védica y traducirla en relatos accesibles, simples y a veces un poco chabacanos.
Por ejemplo, de esta manera explica la influencia kármica y su impronta en las vidas venideras: En el momento de darte una vida, Dios sostiene una galletita rellena con sus dos manos y te hace elegir una: derecha o izquierda. Esa mano va a ser la que sostenga tu destino. Al partir la galletita, una mano se queda con la tapa con crema y la otra con la tapa seca. Si elegiste la mano derecha y allí se quedó la tapa con relleno, tu vida estará llena de gozo, placer y felicidad, en cambio si esa mano sostiene la tapa vacía, siempre te perseguirán la desgracia, la desdicha y la calamidad.
Con esta parábola de barrio, explica el origen de las preguntas filosóficas más profundas de la historia de la humanidad: ¿Estamos eligiendo? ¿Es azar? ¿o Dios manipula el resultado?
Las respuestas son todas afirmativas. Estamos eligiendo porque siempre tenemos opciones. Muchas veces, para no decir todas, es al azar porque generalmente desconocemos las consecuencias positivas o negativas de nuestros actos, sin olvidar que tampoco podemos distinguir objetivamente lo que es positivo o negativo, bueno o malo. Y, finalmente, no hay pruebas de la justicia ciega de Dios.
Lo cierto es que no hay vidas rosas como la crema de la Merengada ni totalmente negras como tapa de Oreo, ese juego es otra ilusión, otra puesta en escena de este gran teatro del sinsentido donde sólo venimos a divertirnos, a tomar el té en esta mesa que Dios sirvió para nosotros.