viernes, 6 de marzo de 2009

Delitos sobrenaturales.

Así como existen fuerzas del más allá que obran por nuestro bien, también laten corazones etéreos de personajes malignos. Espíritus que dedican su tiempo eterno a saquear sueños, asesinar esperanzas, violar secretos y pegar chicles en el pelo. Entre estos seres temibles se encuentra el famoso ladrón que te quita lo bailado.
El atraco se manifiesta el día después de haber meneado las caderas al ritmo de Los Grosos. Nuestras piernas no sienten el cansancio, nuestro cerebro no repite una y otra vez los estribillos, no nos dan ganas de tararear y lo más escalofriante, no nos sobresalta absolutamente ningún recuerdo que repase la experiencia vivida. Este caco no deja pistas y en nuestros zapatos no aparece ningún signo de desgaste, ni siquiera un papel picado pegado en el taco.
Las consecuencias de este desvalije de memoria y de impresiones físicas son absolutamente insignificantes ya que la víctima no es ni siquiera conciente de lo que perdió, porque tiene la sensación de no haberlo tenido nunca. Esto llevó al ladrón que te quita lo bailado a una profunda frustración que lo derivó al psicoanalista. La terapia le llevará 25 años y cuando se recupere de esa crisis, ya se habrá olvidado para qué fue y tendrá que resolver nuevos bretes que pueden entretenerlo toda la eternidad. Una vez más, los analistas nos han librado de nuestras peores pesadillas. Gracias Sigmund.

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