domingo, 11 de octubre de 2009

Ethel

Ethel es maestra jardinera y se dedica a plantar ideas revolucionarias en la cabeza de los niños. El jardín es la primera tijerita que recorta personalidades como guirnaldas de papel y moldea con plastilina incipientes respuestas automatizadas al modelo dominante.
Ethel, en cambio, se puso el delantal cuadrillé para contar un cuento distinto, para deslizar mensajes de libertad de pensamiento, de crítica social y ponderaciones sobre el consumo. Por ejemplo, hace discutir a dos títeres, Pepo y Pipo, sobre la posibilidad de ir a buscar una manzana al bosque y la inminente amenaza del zorro, historia que finaliza con los funguicidas que se utilizan para aumentar la producción y exportación de manzanas, que terminaron contaminando un arroyo cercano que mató al zorro. Una vez que los niños se conmovieron por la muerte del animalito, ella daba su final feliz explicando que el zorro no era nativo del bosque, que había sido introducido por el hombre para matarlo y sacarle su piel, con la que sus mamás se vestían, y al no tener predadores naturales estaba destruyendo la cadena trófica de las especies locales que terminaban en serio peligro de extinción.
Después de cada cuento o de cada sesión de títeres organiza debates donde se profundizan las ideas y se generan espacios de participación directa proponiendo acciones concretas en la salita. Así decidieron armar una huerta orgánica cerca del arenero y escribirle una cartita a Papá Noel pidiendo por todos los animalitos y bosques del mundo. Panchito propuso atarse a las columnas del Palacio de Gobierno hasta que se apruebe una ley que proteja a los cuerpos de agua subterránea de los efectos nocivos de los agroquímicos, siempre y cuando pueda ir de 16 a 17 a su casa para ver Bob Esponja. Ethel, celebró la propuesta, pero le explicó que si se encadenaba, era hasta cumplir el objetivo, nada de recreos.
“Si los chicos a los dos años ya te manejan un control remoto y un celular, por qué no explicarle el funcionamiento del resto de las cosas, no?” Dijo Ethel a la directora del colegio cuando terminó de contarle su idea de armar un taller sobre Imágenes aspiracionales y la superficialidad de los valores de la vida de Barbie y Ken como origen de la rebeldía y el posible uso de estupefacientes de Ben 10.
Usted no será medio zurdita? Le contestó la directora. Y Ethel explicó que la era de las revoluciones sociales había pasado, que hoy la revolución, para que sea verdadera, tenía que ser interna, individual, diferenciadora, única. Llegando a ser lo que uno piensa que debe ser es como inspira a los demás a buscar su propio camino. El camino es individual y yo les voy a dar hojas Miguel Angel y ceritas para que dibujen el mapa que más les gustaría recorrer.
Ethel es como es.

2 comentarios:

  1. La mamá de Ethel, doña Jacinta, debe de estar orgullosa de su hija!
    Brindemos, por un jardin de infantes con verdes colegiales adoctrinados!
    Salú

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  2. Ethel tiene buenas intenciones, pero se le va todo de las manos me parece...

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