Julio Amado Rosas nació en 1969 en Tilcara, Jujuy con un extraño don, la capacidad de ver el pasado. Para Julio es común acostarse a dormir la siesta y soñar con imágenes de hechos que ya sucedieron. Julio también aprendió a convivir con situaciones como, por ejemplo, estar mirando TV y que alguna noticia lo lleve, como por arte de magia, a un episodio remoto o no tan remoto.
En su barrio es famoso por esta facultad y más de una joven vecina se acerca a consultarlo sobre su vida amorosa (tema que siempre inquieta a las jóvenes) y él no hace más que recordarles todo lo que ellas ya han vivido con el simple consejo de que no lo repitan. Así se forman en su puerta largas filas de amantes con dudas, empresarios indecisos y hasta políticos de políticas inciertas.
Julio no hace más que repetirles las historias que ellos mismos contaron y estos, al escucharlas, sienten una verdadera revelación y se alejan enormemente agradecidos, dispuestos a cambiar su vida.
Hace algunos días llegaron científicos de la NASA para estudiar el curioso caso de Julio. Las cámaras térmicas revelaron que cuando Julio está teniendo conciencia de un hecho del pasado, presenta más actividad en la parte inferior del cerebelo y en el lóbulo frontal izquierdo. Además, se registró un leve sudor en sus manos y una casi imperceptible dilatación de sus pupilas.
Jhon Collins, un experto en TWDU, o sus siglas en español: CQNE (Cosas Que No Se Entienden) de la NASA afirma que es absolutamente incomprensible que un hombre expuesto al bombardeo mediático de información tenga la capacidad para tener un ratito para recordar y, en palabras de Jhon, “menos que menos para reflexionar”. Por eso, para conservar esta excepcional capacidad, van a retirar el cerebro de la cabeza de Julio y lo van a guardar en una cámara con la tecnología necesaria para mantenerlo en perfectas condiciones, ph, temperatura y oxígeno, precisamente controlados por microrobots solares, un invento reciente que, como todo lo demás, nos invita a seguir mirando al futuro, como si el futuro fuera ese.
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