jueves, 11 de marzo de 2010

Marcela

Marcela Barreiro nació con la extraña capacidad de presenciar milagros, no todo tipo de milagros, sino solamente aquellos de bajo costo de producción.
Descubrió su don un sábado a la mañana cuando preparaba su desayuno y el pan que súbitamente se eyectó de la tostadora presentaba el rostro de una virgen formado por una variación en la escala de la quemadura de las migas. A partir de esta revelación, Marcela se dedicó a descubrir las manifestaciones sobrehumanas que se ocultan caprichosamente en manchas de humedad, dibujos aparentemente azarosos pincelados por una pérdida de aceite en el auto, grafías sospechosas en las vetas de una puerta de madera, figuras codificadas en las manchas de un gato callejero y hasta profundizó su indagación abocándose a la lectura de mensajes encriptados en los chistes del Bazooka. En cada caso halló una prueba concreta de una expresión divina.
Esta asombrosa habilidad de Marcela llegó a oídos del Papa, a quien se le erizaron los santísimos vellos de los brazos, y en nombre del poder que le confieren los venerabilísimos principios de las virtudes suprarterrenales, dijo: “mátenla”.
Los verdugos sospecharon que la condena derivaba, ni más ni menos, de la vulgaridad de los acontecimientos, ya que resultaba hasta algo insolente que el asomo de las entidades celestiales al mundo se dieran en formas tan groseras y trilladas. Tal vez la Iglesia no podía tolerar que la inmaculada imagen de la santa trinidad aparezca trazada en la aureola de aceite que deja un pan con manteca sopado en el café.
Marcela fue colgada en una plaza. Antes la azotaron, le quemaron las manos y le pegaron un chicle en el pelo.
El pueblo estaba furioso. Al otro día, todas las paredes de la ciudad mostraban el mismo graffiti: “Es imposible ocultarlo: los milagros suceden para todos”.

3 comentarios:

  1. Puedo dar fé, yo misma vi la imagen de un cristo redentor entrampada en un toallon playero de Ben 10 de esos q se compran en la salada. Milagrosamente, y muy a pesar de q todos los niños parecen querer tener algo de ben 10, ese es el unico toallon q no se vendió. creer o reventar!

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  2. Qué curioso, Ben en un prefijo que indica "bien" o "buen" y Diez está asociado futbolísticamente hablando, y sobre todo en Argentina, con "Dios". Es decir que Ben10, no es ni más ni menos que el "buen Dios" que se está haciendo carne en el toallón. Clarísimo.

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