martes, 10 de febrero de 2009

V de vergüenza.

La vergüenza es un sentimiento de origen social y cultural. Originalmente no existe y esto puede comprobarse en la naturalidad con la que un bebé descarga un estrepitoso flato frente a una numerosa fila de tías y corona el hecho con una mirada orgullosa y una sonrisa compradora.
La vergüenza ajena es un caso rebuscado porque la situación que la provoca no pone en compromiso la integridad de nuestra imagen, pero sentimos compasión al ver cómo se destruye el orgullo de otro. Por ejemplo, cuando no hace mucho un compañero de gimnasio salió eyectado de la cinta y cayó de cuarto trasero al piso.
También existe la vergüenza tardía. Esta puede aparecer, hasta años después de ocurrido el hecho, cuando uno toma conciencia de un error. Aquí expongo nuevamente un caso del que fui víctima y en el que reparé años después sin poder evitar el enrojecimiento de cachetes. Hace mucho tiempo estaba yo de viaje y mientras tomaba sol en una pileta, se acercó un canadiense de unos 100 kg en zunga y botas texanas. El extranjero se dirigió a mi y dijo: “Nice girl”…yo intenté hacer alarde de mi sarcasmo y de mi inglés y respondí: “Nice boobs”, cuando en realidad quería hacer referencia a sus botas y no a sus pechos que sobrepasaban el tamaño de los míos. En el momento no me dí cuenta, tal vez consternada por la imagen de ese enorme y fláccido cowboy, no reparé el error.
La memoria es terca en borrar esas situaciones embarazosas y a veces nos trastorna haciéndonos repasar hechos que hirieron nuestra vanidad. Como aquella vez en la escuela cuando me estaba hamacando con la silla y de pronto sentí que me caía hacia atrás y enganché los pies en la mesita para agarrarme, pero lo único que logré fue lanzarla sobre mi cabeza y estamparla contra la pared. Por suerte me sentaba última y no hubo heridos, pero nadie podía creer cómo había logrado tal esplendoroso golpe y despliegue de hojas, pedazos de banco y lápices en tan sólo unos segundos.
Alguien que conozco le tiene mucho temor a los murciélagos y un día, caminando por un parque de árboles poblados de estos bichos, una hoja osó caer sobre su frente y, absolutamente sugestionado, se lanzó cuerpo a tierra al grito de: “sáquenmelo”. Una pareja que caminaba atrás, se acercó y preguntó: “estás bien?”….”ehhh, sí, sólo me doblé el tobillo”. Esta anécdota trae a colación las técnicas para intentar disolver el hecho traumático, como dar un pequeño saltito después del tropezón, treta para que la gente piense que nos encanta decorar nuestra caminata con saltos ornamentales espontáneos, en vez de que no vimos esa piedra.
A los sueños también les deleita humillarnos con situaciones vergonzosas. Salir a la calle sin pantalones o defecar en público, son clásicos ardides oníricos para golpear nuestra vanagloria.
¿Qué situación te dio mucha vergüenza y aún no superaste?

5 comentarios:

  1. Hace muchos años, estaba muy muy muy tomado, en el famoso boliche Timotea, sentado en la baranda que da al rio, suspirando por la ruptura del noviazgo, con la que ahora es mi futura esposa.
    Para tratar de levantarme el animo, un amigo trajo a la mejor amiga de su novia y me la presento, yo estaba en la posición mas langa que podía tener en ese momento con mis dos manos en los bolsillos y las puntas de los pies trabados en la parte trasera de la baranda del medio para no caerme hacia atrás y morir ahogado. Ale trajo a una petisa, media tetona, lindita de cara, como para pasar el rato estaba bien y en el momento que se presenta y me da un beso me dice que se llama Florencia. Yo trate de estirarme para preguntarle a mi amigo si me estaba jodiendo, mi ex se llamaba Florencia y había estado toda la noche hablando de eso, lo unico que me faltaba era que me hagan seguir recordando,.... falle en el calculo de distancia y caí de frente sin lograr sacar las manos de los bolsillos impactando con el parietal contra las tablas del piso. Al levantarme todos me miraban, la petisa se había ido corriendo y para tratar de restarle importancia a la situación camine como pude 2 metros hasta la barra que estaba ahí y pedí una lata de cerveza... cuando me di vuelta.. .todos me seguían mirando petrificados... así que agarre la lata y camine entre la gente...apenas me perdí de vista.. me puse la lata cerrada en la frente.. para que me alivie un poco el insoportable dolor... y en ese momento fue cuando descubrí que me había abierto toda la frente y por eso me miraban todos, me caía sangre de la cabeza como a jesus en la peli de mel gibson. Tome un taxi, llegue a casa, me ate un repasador de la cocina en la cabeza y me fui a dormir. Obviamente a esta Florencia nunca mas la vi en mi vida, creo que si me ve por la calle se va a preguntar como sobreviví al golpe y cuales habrán sido las secuelas que me dejo semejante porrazo. Así es la vida.... si no te caga te orina..¿porque no me habré quedado en el piso pidiendo asistencia medica? hoy lo haría...pero se ve que en aquel entonces no ser visto como un pelotudo que se cae de una baranda era mas importante..

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  2. Hace como 8 años, en un centro comercial, le iba a pedir un autógrafo a Bunbury (ex vocalista de los Héroes del Silencio) y justo antes de llegar; mi agujeta y la gravedad, se encargaron de llevarme al suelo.
    No sólo Bunbury no aguantó la risa, sino todo el centro comercial, lo bueno es que recibí mi autógrafo al final de cuentas.

    Hacer el ridículo frente a tu artista favorito, por favor!

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  3. Fantabuloso lo de "nice boobs". Ni queriendo ser la peor persona que existe en este plano astral (y mirá que lo intento) hubiera podido hacer una observación tan... tan. Debe haber sido una conjunción cósmica donde todas las deidades que existen te observaban y dijieron "la situación lo amerita" y de repente tu lengua se enredó.

    Me quito el sombrero ante ti, amiga.

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  4. En la locura diaria por tratar de q no se me escape el bondi corrí desesperada hasta la parada del afamado 120 sin percatarme de la lluvia torrencial q habia caido hacía instantes. Obviamente cuando estoy por llegar hasta el cole, resbalón, caida de espaldas con tacos, cartera y todo incluido....lo peor fue tener q viajar en ese colectivo ante la mirada risueña de cuanto pasajero iba en él....para tratar de soportarlo me senté en el primer asiento y clave la vista en la ventanilla tragandome el dolor del golpe...

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  5. En una clase de educacion sexual, la profe nos explicaba esto de la circuncision, y que no quedaba esa pielcita que tanto placer nos da al cubrir y descubrir el glande.

    No tuve mejor idea que preguntar enfrente de como 60 chicos y chicas de todos los cursos "entonces profe, como se masturban los judios ?".

    Para mi, era una pregunta pertinente. Al parecer, para el resto del grupo que estaba retorciendose despanzurrado de risa en el piso, no.

    Los papelones sexuales son los mejores...

    PD: Coincido con Kotorna, si tenes un accidente publico debido a tu propia estupidez, la primer reaccion no es parar la hemorragia, buscar el pedazo de dedo en el piso y pedir un vasito con hielo para que aguante hasta el hospital. La primer reaccion es hacerte el langa, poner cara de "aca no paso nada" y escaparte de la mirada ajena de cualquier manera posible. Aunque te vayas a morir desangrado a la vuelta de la esquina.

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