Los sueños, paradójicamente, siempre han desvelado a los hombres. La incomprensión de estas creaciones propias, nos hace pararnos frente a nuestra mente como si lo hiciéramos ante un extraño.
En los años 80, el Dr. Francoice Dubeaux, de la Universidad de Castel Chandon, Bell Ville, propuso una teoría, hoy abandonada, pero muy osada y a la vez atractiva para su época. Este catedrático aventuraba la hipótesis del “guionista interno”. En sus ensayos expresaba que una parte de la mente tiene la función de “guionar” nuestros sueños durante la vigilia para representarlos cuando se abra el telón de la noche; y del talento y la creatividad de este área dependería la espectacularidad u originalidad de nuestros sueños.
Dubeaux distinguía diferentes tipos de “guionistas”. Estaba el más perezoso que solía componer una historia con los residuos de los hechos del día. Este refrito onírico podría evocar a personas o actividades que estuvimos haciendo esa misma jornada, pero mezcladas o desordenadas para aportar un grado, muy pobre, de sorpresa. También se encuentra el “simbólico”. Es aquel que busca metáforas más o menos rebuscadas para expresar un sentimiento. Por ejemplo, cuando nos vemos envueltos en un escenario complicado en nuestra oficina y éste involucra a varios compañeros que no quieren afrontar un desafío importante, y a su vez intentan persuadir al jefe de su competencia para la tarea y éste los apoya, pero parcialmente, podemos soñar que el inodoro nos traga.
Por otro lado está el amante de las superproducciones y ante la duda entre comprar un termotanque u otro, nos hace soñar que viajamos en la parte trasera de un colectivo y que por la ventanilla vemos cómo el cielo se tiñe de rojo sangre y se llena de nubes de fuego que son avivadas por vientos huracanados que van desintegrando humanos y haciendo explotar estaciones de GNC a su paso.
Nunca falta el amante de la acción y las persecuciones, como tampoco el romántico de los finales felices, pero la parte más rica de su teoría no radica en esta categorización, sino en sus ejercicios prácticos para eludir los designios del guionista y tomar poder sobre nuestros sueños. Dubeaux afirmaba que apenas dudemos de la realidad del sueño, hagamos un poquito de fuerza para tomar conciencia de él, pero no tanta como para despertarnos. Para graficar, figuremos que estamos soñando que cenamos un bistec con Ante Garmaz, pero algo no nos cierra. Ahí nos damos cuenta de que somos vegetarianos y eso es imposible, debe ser un sueño. Esa es la llave que nos permitirá controlar la situación y convertirla, si es nuestra voluntad en una orgía romana.
Esta práctica ayudará a nuestro guionista interno a descubrir nuestros intereses y delinear obras maestras que no nos den ganas de despertar.
Hace poco soñé q manejaba un Citroen del 70, contenta y llena de entusiasmo andaba por las calles de mi infancia sin ningun traspie, hasta q una porción de mi conciencia afloró para recordarme q no se manejar...Por suerte existe algo mas fuerte a lo q llamo "deseo incosciente" q me dijo (todo esto en el mismo sueño) q si seguia soñando probablemente al otro dia ya estuviera lo suficientemente instruida como para obtener mi licencia de conducir.
ResponderEliminarMaravilloso...- me dije (Aun no despierto) jeje
Yo sueño todas las noches y eso no me deja descansar bien. Si bien muchas veces sueño con cosas lindas otras sueño con catastrofes..solo no sueño cuando me meto una pastilla... llamese Alplax, Rivotril o algun derivado quimico. Estoy tratando de poder soñar menos tal vez 4 veces por semana seria un buen numero.
ResponderEliminarEstimado Kotorna, usted no debería intentar evitar la confrontación con su subconciente anestesiándolo con drogas, sino es recomendable que intente domesticarlo a través del poder de la sugestión. Es posible lograr la docilidad de la materia soñante. Aquí van algunos libros que puede consultar: La interpretación de los sueños (S. Freud), Los párpados te pesan (Tusam), King Size Theories (BB King), Tengo un sueño! (Martin.L. King) y Los 1000 hombres que durmieron con Salazar (L. Salazar).
ResponderEliminarSuerte!