miércoles, 5 de agosto de 2009

Mirko, el milico hippie.

Mirko Swarosky nació en Eslovaquia, cuando era Checoslovaquia. De pequeño vivió rodeado de imponentes bellezas naturales y aprendió a amar profundamente al mundo.
A los 17 se enroló en las Fuerzas Armadas con el objetivo de establecer un orden de paz y amor, a los tiros, si era necesario.
Así escribió su libro de estrategia titulado: “Te mato por tu bien” donde en la introducción deja ver la sensibilidad de sus objetivos. En sus palabras: “Pretendo bombardear al mundo con semillas de flores, liberar a todos los pájaros rehenes de sus jaulas, imponer la fatalidad de la felicidad y decretar la libertad absoluta. Cada persona será sometida al amor del prójimo y cada ser vivo sufrirá el respeto incondicional de todos los otros.
Cada ser humano tiene la obligación de amar, de amarse y de amar a su planeta, a los peces, a los caballos, a los tigres y hasta a las esponjas de mar, todos están amasados con estrellas y magia”.
Mirko luego escribió: “La guerra contra la guerra” donde expresa su odio hacia la violencia con un poco más de violencia y detalla cómo torturaría a aquellos que no actúan con el corazón y son insensibles a las debilidades de los que no tienen voz en este planeta. “Si las ideas entran con sangre, el amor también”, dijo mientras asaba un apio. Todos saben que Mirko es incapaz de comer la carne de un animal y actualmente también invierte parte su tiempo investigando si el apio tiene conciencia del dolor y puede ser capaz de sufrir.
Swarosky es distinto, es imperfecto, es humano y como tal ama a la humanidad, tanto como la detesta. Es la encarnación de nuestra condición compleja, contradictoria, surrealista en su caso.
Hoy a las 19 hs, descorchemos un Malbec, untemos una Cerealita con roquefort y brindemos por Mirko, un hombrecito más.

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