lunes, 17 de agosto de 2009

Ovejas

Había una vez un rebaño de ovejas tan blancas que por las noches parecían un manojo de estrellas caídas. Moldeadas con espuma y algodón, flotaban pomposas sobre el pastizal. Era imposible distinguirlas, todas eran infinitamente blancas y hermosas. Un día, de dos ovejas, que distraídamente podríamos confundir con nubes, nace una negra, más negra que su propia sombra. Todas las ovejas se acercaron y formaron un gran pelotón incandescente para ver a la nueva criatura.
Ni un pelo blanco. Ni uno.
El rebaño ahora tenía una mancha. Una mancha que lo cambiaría para siempre. Porque para eso están las ovejas negras.

2 comentarios:

  1. Controversias q ha suscitado el relato:

    "Sólo es posible distinguir el negro porque existe el blanco, o sea, lo q es, es, y no puede ser y no ser al mismo tiempo. De allí la conclusión de q el negro es negro y jamas podrá ser blanco" (JP feinmann fumado)

    "Si el rebaño es sólo de ovejas blancas, quién es el padre de la oveja negra?? Yo te dije q era media turra esa ovejita, je" (Vecinas de recoleta, mientras barren la vereda a las 8am)

    Y siguen las firmas....

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  2. Vecinas machistas y prejuiciosas. La ovejita negra es fruto de una mutación genética espontánea. Tres palabras que hay que recordar, llegado el caso de necesitarlas. Todo puede suceder en el mundo orgánico, o es bueno que los hombres así lo consideren.

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