martes, 6 de enero de 2009

El misterio de las ojotas.

Está altamente documentada la existencia de otros tipos de seres conviviendo en nuestra realidad: Los Duendes que esconden las cosas. Los han visto en las zonas montañosas de Alemania, Suiza y hasta en la Patagonia. Las descripciones coinciden en la pequeña estatura y en lo puntiagudo de las orejas. Esta alternativa no es la más viable, científicamente hablando, para explicar la desaparación de mis ojotas, pero existen otras teorías aún más escalofriantes, como la de mi amigo Sebastián Mogordoy. En el siguiente ensayo trata de ser exhaustivo en su explicación, a saber:

"Los cables se enredan de maneras imposibles de enredar con la mano, se mezclan y se ajustan de maneras insospechadas, sorprendente y algunas veces odiadas y tan desafiantes que es un trabajo serio y personal desatar los nudos.
Los encendedores descartables son una manada con vida propia. De repente emigran y se van los 7 encendedores que de rara manera aparecieron practicamente todos juntos un día, se van a quién sabe dónde, se escapan. Como las remeras, las tantas remeras que tuve y no sé cómo desaparecieron de mi vida, sin decirme adiós.
A las cosas hay que apresarlas en una caja sin salida para que no se escapen. Por supuesto esa caja la guardamos ordenada, pero cuando vamos a buscar algo las cosas, ya no están donde las pusimos. Y a veces hasta viajan de una caja a la otra.
Son fieles las cajas de las zapatillas. Duras. Con tapa replegable y de un tamaño adecuado.
Los lápices de colores no se van. Tambien son fieles. Se quedan dentro de los lapiceros y las cajas. Hay que sacarles punta de vez en cuando. Y a los pequeños, que son los más viejos, hay que guardarlos, para que no desaparezcan. Yo tenía dos sobre el escritorio, al lado de los lapiceros y ya no están. Murieron. O tal vez estén en algún ricón reposando en soledad hasta el día en que por alguna extraña razón desaparezcan.
Las cosas que tuvimos a lo largo de nuestra vida. Tantas. Tan diferentes. Desde los sonajeros, los autitos, los soldados, los playmobils, las bolitas de vidrio, no puedo nombrar todas, todas las cosas que tuvimos, la ropa, todas las medias que usamos, todos los papeles en los cuales escribimos, todos los juguetes, los casettes, las pilas, los encendedrores, los ceniceros, los vasos, todos, las biromes...
Los paraguas, qué poco me duran. No tengo una buena relación, no los uso, y cuando los uso los pierdo. Los paraguas son libres. Van de uno a otro, nunca me compré un paraguas, siempre tuve paraguas que se olvidaron y nunca buscaron, aunque hayan sido avisados de que su paraguas estaba en casa.
Tampoco los libros, tengo varios, la mayoría míos, pero hay un grupo de libros que llegaron y nunca se fueron. Y cuando los quise devovler, no fueron aceptados. Tambien hay regalados, o prestados por mucho tiempo.
Hay muchos que se fueron, muchos libros míos que nunca volvieron. Van, vienen, quieren ser leídos, claro, están hechos para eso.
Y los relojes, tampoco me duran. Tampoco nos llevamos bien. Me molesta, me lo saco y lo abandono sin darme cuenta. Tengo dos muy lindos guardados en un cajón, sin malla. Uno me lo regaló una novia muy querida. El otro es un Festina negro y plateado. Fuerte. Brillante y sobrio. No lo quiero perder tampoco. Pero ahora que escribo esto me doy cuenta que estaría bueno darle vida, y que sea lo que tenga que ser. Como con muchas cosas.
Qué lindas son las cosas nuevas! Qué lindo es recibirlas cuando llegan. Y qué lindo cuando ya no son nuevas también¨

Aquí Mogordoy expone claramente la posibilidad de una especie de libre albedrío de los objetos comunmente llamados "inanimados". Esta línea de pensamiento nos lleva vislumbrar relaciones sociales con las cosas, por ejemplo, una relación de dependencia, como la que podemos tener con el celular o el reloj, una relación amorosa con la notebook o el auto, un complejo de Edipo no resuelto con las carteras y zapatos y hasta un sentimiento de hermandad, de compañerismo, como si fuera una pasión frustrada, que generalmente se da con las bicicletas.

8 comentarios:

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  2. Buen tópico para comenzar un blog. Yo tengo desarrollada una teoría sobre los "tees" de golf. Claramente los tees pasan a un universo paralelo (desaparecen) cuando son golpeados con el drive a la velocidad justa y en el lugar exacto, podríamos decir que "WARPEAN", a ese paralelismo donde están formando una montaña. Parte de mi investigación esta basada en la forma, el volumen y la velocidad de los drivers que circulan hoy en el mercado.
    Pero lo mas importante de todo esto es pensar en lo que representa semejante montaña de tees, !QUE TESORO¡, seguramente algún día va a ser descubierta por algún "cuatro ojos" sentado detrás de un microscopio y no va a saber siquiera que tiene en las manos. El solo pensar de la posibilidad de escarbar en esta montaña de cientos de metros de plástico y madera apilada para encontrar verdaderas reliquias, (como el tee con el que gano su primer abierto Tiger o el que uso de Vicenzo para ganar el abierto británico del 67) me erizan la piel.
    Por el momento no tengo otra opción que seguir aportando a la montaña para que siga creciendo.
    Por otro lado es muy importante para mi seguir realizando el estudio de campo por medio de la observación que estoy llevando acabo sábado a sábado.
    Por favor si alguien tiene algo mas de información a compartir sobre este tema, o quiere colaborar con el proyecto estoy abierto a sus comentarios.

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  3. Yo no creo en el libre albedrío de los inanimados. Si en la existencia de duendes eternamente aburridos que se la pasan escondiéndote el control remoto o la otra media que arma el par. Pero como contrapartida hay unos angelitos que son los que te ponen un billete de 10 limpito y planchado en bolsillo derecho del jean recién lavado, o le tocan el hombro a esa persona que estás mirando fijamente a su nuca.

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  4. Kotorna: En un documental vi que en una cueva viven 2 millones de murciélagos y había 100mts de guano...tal vez no sea guano...tal vez son los tees...y los murciélagos son biorobots programados, listos para atacar a quien entre a la cueva a hechar luz sobre la verdad.

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  5. Guillermo: los agelitos Poneplata en el bolsillos eran muy comunes en una época...no sé que ha pasado con ellos últimamente

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  6. MALDITOSDUENDES DEVUELVANME MIS OJOTAS

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